Los poco saludables hábitos alimentarios humanos se han incorporado a la dieta de los roedores de Nueva York, que incluyen una buena dosis de restos de fast-food, al parecer hasta para ellos difícil de metabolizar. A base de consumir habitualmente este tipo de alimentos, los roedores han desarrollado cambios en genes relacionados con la tarea de metabolizar los lípidos y carbohidratos ingeridos.

Abundancia de grasas saturadas, azúcar, sal y calorías son típicos ingredientes de  la comida rápida, habitual en ciudades como Nueva York. A parte de ser poco saludable para los ciudadanos que los ingieren, los restos de estos alimentos, que son «compartidos» con las poblaciones de roedores urbanos, parecen estar cambiando la genética de estos animales, que se están adaptando a metabolizar y descomponer una dieta alta en grasas. Una prueba más de su gran capacidad de supervivencia.

Un estudio realizado en la Universidad de Nueva York ha examinado la influencia de la dieta en la capacidad de adaptación de 48 ratones nativos de Norteamérica (Peromyscus leucopus), habitantes en tres parques de Nueva York y en tres áreas rurales.

Analizando las variaciones genéticas en las estructuras del genoma de los ratones, los autores del estudio descubrieron abundantes diferencias y se centraron en 19 variaciones genéticas involucradas en los procesos de metabolización de los lípidos y los carbohidratos.

El hecho de que las mutaciones se produjeran en genes que tienen que ver con el metabolismo y la descomposición de grasas, les llevó a pensar que las diferencias genéticas se originaban a partir de algo que los ratones urbanos comían y los ratones de campo no.

En los ratones urbanos, la evidencia mostró que las diferencias genéticas posiblemente se originaron a partir de la enfermedad hepática del hígado graso, que es una característica importante de la obesidad y la diabetes, según el estudio. En los seres humanos, y ahora en los roedores urbanos, estos problemas de salud son causados por un aumento en el consumo de alimentos ricos en grasas y carbohidratos.

Capacidad de evolución

La gran sorpresa del estudio para los autores fue comprobar cómo un área tan pequeña podía contener una gran cantidad de ratones genéticamente diferentes. En distancias de uno o dos kilómetros, los ratones del barrio de Manhattan eran poblaciones genéticamente distintas de los ratones del barrio de Queens.

Además, el estudio sugiere que estos ratones urbanos podrían estar evolucionando en respuesta a la fuente de alimento disponible para ellos, que es principalmente los desperdicios de alimentos no saludables que encuentran en las calles de Nueva York. Sin embargo, a diferencia de los humanos, los autores consideran que esta dieta alta en grasas no es necesariamente mala para los roedores urbanos. Simplemente estarían respondiendo y adaptándose al medio ambiente en el que viven.

En próximas investigaciones intentarán descubrir si este fenómeno genético es indicativo de todos los entornos urbanos y en diferentes especies urbanas, un «síndrome urbano»,  que podría considerarse un caso extremo de adaptación local.

Control de plagas en el sector de la alimentación

La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha señalado la importancia del control de plagas en el sector de los comercios minoristas de alimentación, algo extensible a los establecimientos hosteleros, tras la publicación de la nueva Guía de la Comisión Europea sobre seguridad alimentaria en pequeños comercios.

Algunas de las plagas más comunes que afectan a este sector son las provocadas por ratas, ratones, cucarachas e insectos voladores. Las ratas son especialmente peligrosas, ya que al vivir en condiciones insalubres son portadoras de una gran cantidad de enfermedades y bacterias.

Además, la salmonella, la toxoplasmosis, la listeria o el E. Coli son solo algunas de las bacterias causantes de enfermedades que este tipo de vectores son capaces de trasmitir.

Cómo actuar

  1. Disponer de un sistema de autoevaluación y de Gestión APPCC.
  2. Exigir a los proveedores garantías de que las mercancías están exentas de especies susceptibles de generar plagas.
  3. Mantener un buen nivel de limpieza y realizar una buena gestión de residuos.
  4. Tener un adecuado control de alcantarillado, para evitar fundamentalmente la entrada de roedores.
  5. Bloquear los posibles accesos, tales como los huecos debajo de las puertas, grietas u oquedades.
  6. Extremar las precauciones para evitar la entrada de moscas y otros insectos.
  7. Encargar la gestión de plagas y vectores a una empresa especializada y aplicar criterios preventivos.

Desde Descale os recordamos que el éxito en el control de los roedores solo puede ser logrado con la ayuda y asistencia de un equipo profesional que tenga una amplia formación y experiencia contrastada.

Fuente: www.pctonline.com