La duración de la temporada en la que las interacciones entre garrapatas y humanos ocurren parece estar alargándose, debido al incremento global de la temperatura. 

En España hay más de 20 tipos de garrapatas que pueden estar infectadas con una amplia variedad de organismos patógenos y, de hecho, se estima que estos parásitos pueden transmitir más de 50 enfermedades diferentes a los seres humanos, de ahí la necesidad de estar atentos ante posibles picaduras.

La garrapata Ixodes ricinus es uno de los vectores más relevantes en Europa, por su capacidad de transmitir patógenos como el virus de la encefalitis transmitida por garrapatas y la bacteria Borrelia burgdorferi, causante de la borreliosis de Lyme.

Conozcamos un poco a estos artrópodos: son del orden Acarina, la misma a la que pertenecen los ácaros, pero mucho mayores que estos, pudiendo identificarse a simple vista sin necesidad de microscopio, ya que miden de 10 a 15 mm. pero pueden llegar a medir hasta los 3 cm. cuando están llenas de sangre.

Las garrapatas son parásitos temporales que se alimentan exclusivamente de la sangre de los vertebrados. En su ciclo de desarrollo se distinguen 3 fases: larva (3 pares de patas), ninfa (4 pares de patas) y adulto. Para pasar de un estadio a otro deben alimentarse de sangre, único momento en el que tienen contacto con el hospedador y que dura entre 3 y 10 días, y algunos casos hasta varios meses. Detectan a su hospedador a través de un órgano sensorial que tienen en las patas y una vez en él se mueven buscando las zonas con menos densidad de pelo como abdomen, cara u orejas.

Los adultos pasan gran parte de su vida esperando un huésped al que pueden detectar por vibraciones, por su sombra o por el bióxido de carbono emitido en la respiración, por lo que las podremos encontrar en las puntas de las hierbas y plantas para el pasto de los animales herbívoros, y en las hojas de las plantas. Se alimentan de mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Su fijación en el huésped es tan sólida que necesitaremos de éter o de sustancias oleosas como la grasa, aceite, vaselina, etc. para que se suelte, al taponarse sus vías respiratorias, necesitando aun así unos 15 minutos para desprenderse completamente. Utilizar pinzas de punta fina, no cualquier otro utensilio inadecuado, ya que hay un riesgo grande de no sacar al animal entero, pudiéndose producir una inflamación

Prevención

Existe conexión entre las enfermedades transmisibles por garrapatas y la profesión o lugar de residencia del individuo. El grupo de riesgo con más probabilidad de contagio son las personas que trabajan en parques y jardines o en áreas recreativas, así como aquellos cazadores y senderistas que se mueven por terrenos agrestes por donde circula ganado o animales silvestres. Es importante realizar una búsqueda visual de la presencia de estos parásitos en nuestro cuerpo tras haber permanecido en un área de riesgo. La detección temprana es fundamental para evitar la propagación de enfermedades.

¿Qué precauciones tomar contra las garrapatas? · Evitar las zonas boscosas o cubiertas de hierba y matorrales, sobre todo en mayo, junio y julio. · Vestir ropa de color claro para que pueda ver las garrapatas que se le prendan. · Vestir pantalones largos y camisa de manga larga, así como zapatos que cubran el pie entero. · Meter los pantalones en las medias o calcetines, o en los zapatos, y la camisa en el pantalón. · Usar sombrero como protección adicional. · Rociar un repelente de insectos sobre la ropa y la piel al descubierto. · Caminar por el centro de las veredas para evitar los arbustos y la hierba. · Quitarse la ropa, y lavarla y secarla a una temperatura alta después de haber estado al aire libre. · Examinar cuidadosamente el cuerpo en busca de garrapatas después de realizar actividades al aire libre.

Se han realizado estudios que sugieren que el calentamiento global ya ha aumentado la duración de la temporada de interacción entre garrapatas y humanos, y que un mayor calentamiento en el futuro probablemente aumentará aún más la actividad de las garrapatas en invierno.