La legislación europea obliga a las empresas alimentarias a desarrollar un Sistema de Gestión de la Seguridad Alimentaria para los pequeños comercios minoristas con el objetivo de proteger al consumidor.
La Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) por fin ha sacado a la luz un documento que simplifica bastante la gestión de la seguridad alimentaria en pequeños establecimientos minoristas. Esta propuesta deberá servir para que estos negocios, faltos en muchos casos de recursos y conocimientos sobre esta materia, implementen un Sistema de Gestión de la Seguridad Alimentaria efectivo.
Y es que era de todos sabido que los establecimientos minoristas tenían problemas relacionados con la seguridad alimentaria. Por eso, la Agencia Europea ha presentado en este documento cinco ejemplos de cómo se debe aplicar este tipo de sistemas de gestión para cinco tipos de establecimientos: carnicería, tienda de comestibles, panadería, pescadería y heladería.
Fácil, sencillo y para toda la familia
El objetivo del documento es explicar de una forma fácilmente comprensible para este tipo de usuarios cómo se de identificar los riesgos biológicos, químicos y físicos más relevantes en cada etapa del proceso de producción de alimentos, las actividades o prácticas que hacen que los riesgos sean más probables y las medidas de control apropiadas.
Además, este documento explica detalladamente cómo se deben implementar todas estas cuestiones en cada una de las empresas de los diferentes sectores. Para ello, utiliza diagramas de flujo que explican cómo son las etapas de producción, y además, ofrece cuestionarios adjuntos y tablas sencillas que ayudan a implementar las diferentes medidas. En definitiva, la propuesta de la EFSA acompaña al minorista a través del proceso de gestión de la inocuidad de los alimentos, desde la identificación de peligros hasta las medidas de control.
Modernización de los procesos.
Este documento también pretende que los minoristas no estén obligados a conocer al dedillo los peligros específicos que puedan ocurrir en sus establecimientos, si no que sean conscientes de que pueden existir peligros biológicos, químicos y físicos o alérgenos, y que si no se lleva un control exhaustivo de control, como el almacenamiento refrigerado correcto o la separación de los productos crudos de los cocinados, podrían poner en peligro a los consumidores, es decir a sus clientes. Lo que significa que de no implementar en sus establecimientos estas medidas, podría dar al traste con sus negocios, y además podrían tener problemas legales en el caso de les ocurriera algo a alguno de sus consumidores.
De la misma manera, este documento invita a implementar las medidas de control utilizando buenas prácticas de higiene y buenas prácticas de fabricación, lo que simplifica todo el procedimiento y ayuda al sector minorista agroalimentario a aplicar sistemas eficaces de gestión de la inocuidad de los alimentos, y evitar problemas, claro.
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