La cucaracha americana (Periplaneta americana) es una de las especies de insectos más grandes que vive en estrecha proximidad con los humanos. De rápido crecimiento y alta fecundidad, esta especie es una plaga con recursos: puede regenerar sus tejidos dañados, posee receptores del olor extremadamente desarrollados y un sistema inmunitario envidiable.
Existen en todo el mundo más de 4.500 especies de cucarachas. Una de las especies más conocidas es la cucaracha americana (Periplaneta americana), que tiene su origen en África tropical y presenta un color rojizo muy característico.
Este insecto, que puede llegar a medir 5 centímetros de largo, vive generalmente en áreas húmedas con temperaturas cálidas. Se alimenta de materiales en descomposición y restos de alimentos aunque puede comer incluso restos de papeles, telas, pegamentos y jabones.
Todas estas características están expresadas en su genoma, que recoge todos y cada uno de sus genes, secuenciados ahora por primera vez de la mano de un grupo de investigadores chinos.
Amplio repertorio de genes de adaptación
En comparación con otros insectos, la genética de P. americana es rica en genes asociados al olfato y el gusto, un poderoso sistema inmunológico y la capacidad de desintoxicarse, afirman los investigadores chinos.
Gracias a ese sistema tan complejo de olfato y gusto, son capaces de evitar sustancias tóxicas y logran sobrevivir en las cloacas e incluso un hogar con insecticida.
Aunque un 60% del genoma de esta cucaracha está hecho de segmentos repetidos, las familias genéticas vinculadas al gusto y el olfato se revelaron como mucho más grandes que las de otros insectos: un individuo de la Periplaneta americana tiene 522 receptores gustativos, apenas 23 menos que otro ser indestructible, la cucaracha germánica.
El grupo de investigadores halló también que la americana tiene un equipo de genes superior al promedio para metabolizar sustancias tóxicas, incluidos ingredientes de los insecticidas. Este desarrollo no se debe al control de pestes: dado que viven en medios donde las bacterias producen toxinas, las cucarachas han llegado ya adaptadas a su incomprendida convivencia con los humanos. También tiene un gran aparato de genes dedicados al sistema inmunológico, otra adaptación para sobrevivir en ambientes insalubres.
Trepidante ritmo de reproducción
Por último, cabe destacar la impresionante capacidad de P. americana para regenerar apéndices dañados o perdidos durante las etapas de ninfa. Adicionalmente, existe un grupo de genes que aseguran un trepidante ritmo de reproducción, crecimiento y regeneración de cualquier extremidad que haya sufrido daños.
El hallazgo y conocimiento de estos genes podría contribuir al desarrollo de nuevos métodos de control de plagas, aseguran los autores del trabajo, que están convencidos de que ésta es solo la primera de muchas otras investigaciones que mejorarán en gran medida la agricultura.
En Descale, empresa dedicada al control de plagas y sanidad ambiental, aplicamos métodos radicales para erradicar a las cucarachas. Para ello empleamos una amplia gama de productos insecticidas de última generación, respetuosos con el medio ambiente y con la salud de las personas.
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