Podríamos pensar que ratas y ratones difieren sólo en el tamaño, pero lo  cierto es que hay otras cuestiones a tener en cuenta a la hora de controlar una infestación. Para acabar con ellos y ellas necesitaremos estrategias distintas, ya que unos se instalan dentro de las viviendas, otros entran y se van, y la ingesta también es diferente. Veamos esas diferencias:

La rata visita, el ratón se instala

A diferencia de las ratas, que tienden a ser invasoras casuales en los interiores, los ratones, una vez dentro, quieren permanecer en el interior, disfrutando de la comida y el refugio que allí encuentran.

Este comportamiento no es sólo una preferencia, sino una capacidad que los ratones poseen y las ratas no. Las ratas necesitan una fuente de agua a diario, sin la cual no sobrevivirán; por esto se introducen, se alimentan y se van. Los ratones, sin embargo, a menudo pueden sobrevivir con el contenido de humedad de los alimentos que comen y, por lo tanto, no necesitan mantener esa ruta de escape o movimiento en busca de agua.

Grandes comilonas o pequeños bocados

El comportamiento a la hora de alimentarse también difiere. Las ratas son por naturaleza neofóbicas, desconfiando de todo aquello que es nuevo, por ejemplo nuestros cebos, pero una vez que superan este temor comerán grandes cantidades de alimento de la misma fuente.

Los ratones, en cambio, curiosos innatos, investigarán los cebos inmediatamente pero, normalmente, tan sólo ingerirán cantidades muy pequeñas de una misma fuente de alimento, prefiriendo obtener su dieta diaria de muchos lugares distintos.

Resistencia a los rodenticidas

Para acabar con los ratones son necesarios productos biocidas efectivos, y aquí encontramos otro problema. No fue hasta la aparición del  brodifacum y el flocumafeno, en la década de 1980, que el control total del ratón doméstico se hizo realista para ciertos trabajos.

Restricciones al uso de los anticoagulantes

El uso excesivo o no apropiado de estos biocidas tiene un impacto potencial negativo sobre la salud y el medio ambiente, con una contaminación inaceptable en mamíferos no diana y en aves de presa.

En todo caso, el técnico en control de plagas debe ser capaz de seleccionar el producto rodenticida que realmente puede lograr la erradicación de la infestación, y saber cómo y dónde aplicarlo y saber que no es la única solución, también está la utilización de cebos. Los portacebos para roedores son herramientas habituales y muy útiles para el profesional del control de plagas. Se ubican alrededor o incluso dentro de las instalaciones de los clientes para protegerlas de ratas y ratones. Hay que saber que no se trata tanto de cuántos se colocan sino dónde y cómo.

Ya sea para controlar roedores en locales domésticos, comerciales o agrícolas, es necesario el conocimiento y la habilidad para evitar que se introduzcan en las instalaciones.

En DESCALE contamos con especialistas en el exterminio de plagas.