Los expertos coinciden en que vivimos en un mundo de plagas que irán a más debido a factores como la globalización y el cambio climático. El aumento de temperaturas en las últimas décadas en la Península Ibérica coincide con un incremento de plagas, especialmente de insectos como el mosquito, la mosca, la cucaracha o la avispa, cuyo desarrollo «favorece» el calor.

Las modificaciones en los ecosistemas, derivadas del cambio climático, facilitan también que especies exóticas invasoras como el mosquito tigre o la avispa asiática, que antes fracasaban en adaptarse al clima local o a determinadas áreas de su territorio, ahora logren hacerlo. Además, el calentamiento propicia temperaturas invernales más suaves en la Península, las cuales disminuyen la tasa de mortalidad de insectos.

Más plagas

Las cucarachas, con especies invasoras como la ‘supercucaracha’ americana -‘periplaneta americana’-, llegan en ciclos recurrentes de abundancia que serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático.

Por su parte, los mosquitos necesitan de agua estancada para criar, siendo una charca de medio centímetro de agua suficiente para la cría de ejemplares como el mosquito tigre, vector de enfermedades como el dengue o el zika y que se ha vuelto a apreciar en España en los últimos años.

En los núcleos urbanos, los expertos en control de plagas advierten de una creciente presencia de roedores, que se reproducen con mucha facilidad en solares y casas abandonadas.

El siglo XXI deberá consagrarse a reparar los desperfectos planetarios que se ocasionaron a lo largo del siglo XX. Esta es la gran conclusión que se alcanza a la vista de todos los informes y cumbres internacionales, que coinciden en el diagnóstico: la crisis climática, pese a su nombre, no afecta solo al clima, sino a la Tierra en su conjunto, como planeta. Nunca antes la humanidad se había enfrentado a algo parecido.

Olas de calor frecuentes

Este año, 2019, figura entre los cinco más calurosos registrados en toda la historia de la humanidad y ello es debido al cambio climático, según confirmó en julio la Organización Meteorológica Mundial. Si las emisiones de efecto invernadero continúan aumentando, para mediados de siglo las temperaturas promedio en verano podrían subir hasta 4,5 grados centígrados respecto a las actuales, según dijo Claire Nullis, portavoz de este organismo. «Las intensas y extensas olas de calor llevan la firma del cambio climático provocado por el hombre», señaló. Prueba de ello fueron los 40 grados alcanzados en Bélgica y Luxemburgo, los 42,6 de París o el día más caluroso registrado en toda la historia de Reino Unido. Son datos sin precedentes. Estas olas de calor, procedentes del norte de África y España, se desplazan hacia el Ártico, contribuyendo así al derretimiento de las capas de hielo.

Las muertes por golpes de calor durante estos episodios son cada vez mayores. El centro ISGlobal afirma que a mitad de siglo el número de españoles que pueden morir víctimas del calor puede aproximarse a los 13.000.

Crisis alimentaria

Hace ya tiempo que los científicos vienen alertando del impacto del cambio climático en los cultivos alimentarios. Se sabe que el aumento de las temperaturas y los cada vez más frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, diezmarán nuestra capacidad para producir los alimentos que necesita una población en constante crecimiento. Una pérdida que se agravará, según una nueva investigación científica, por el crecimiento de las plagas de insectos, según reza un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Washington publicado recientemente en la revista Science.

Según los expertos, hay un 90 por ciento de probabilidad de que a finales de este siglo la temperatura media haya aumentado entre 2 y 4,9 grados centígrados. Con más calor, las plagas urbanas tendrán condiciones más favorables para poder vivir más tiempo y proliferarse.

Los problemas producidos por el cambio climático afectarán intensamente en las ciudades: aumento de temperaturas, sequías, más lluvias torrenciales, inundaciones, aumento del mar y aumento de plagas urbanas.

Otro problema a las ciudades que ayuda la expansión del control de plagas urbanas es la globalización. Por ejemplo, con en el transporte de mercancías, ayuda la expansión de plagas como la chinche de la cama.

Desde ANECPLA insisten en la importancia de la divulgación acerca de la protección frente a plagas, así como la importancia de recurrir para deshacerse de ellas a profesionales, como Descale.